miércoles, 11 de noviembre de 2009

Prensa y poder



La calumnia desde el poder es un crimen a mansalva. Requiere de la alevosía para mantener en la sombra a su autor;
requiere también del abuso, la disputa desigual. Traiciona, además, porque finge cercanía o amistad por la víctima.



La prensa, el organo difusor de ideas más importante vive atada por los intereses de unos cuantos y eso limita su radio de acción y crítica. Si no es por el mismo Gobierno mexicano, es por los partidos políticos. Esto hace que su inforación sea parcial y que no se tenga la veracidad esperada por los medios.
El Estado y los fines partidistas ponen en peligro la información y a los que la consultamos, pues nos están dando un punto de vista propio en favor de o en contra de y eso es manipular a la gente, que recibe las publicaciones o que consulta los medios masivos de información.
La imparcialidad debe ser una parte importante de las publicaciones, pues por ellas pretendemos acceder a los hechos tal y como ocurrieron. Es difícil dejar de lado nuestras creencias y posiciones ideológicas pues son parte de nuestra personalidad, pero al acercarnos a las publicaciones periódicas, los medios de comunicación y las opiniones personales de los periodistas debemos tener cuidado, analizarlos y sobre todo contaponerlos.

Para ejemplificar esta relación entre la prensa y el poder es lo que pasó con el periódico Excélsior. Fue fundado en 1917 por el periodista Rafael Alducín y llegó a convertirse en uno de los diaros de mayaor importancia junto con el Universal en la primera mitad del siglo XX. El primer golpe que recibió esta publicación fue la muerte de su fundador y bajo la protección de los familiares de Alducín Excélsior enfrentó dificultades económicas , directivas, editorial y fue blanco de intrigas políticas, por lo que finalmente tuvieron qude declararse en quiebra y el control de la publicación pasó a manos de los trabajadores. Se creó una cooperativa y los trabajadores se convirtieron en los dueños del diario.

Bajo la dirección de Gilberto Figueroa y Rodrigo de Llano el periódico creció, prosperó e implantaron en la redacción del rotativo una técnica moderna de redacción y una estricta disciplina en los reporteros. En estos primeros años, los colaboradores de las editoriales combatían cualquier brote de izquierdismo pues eran muy apegados a la política estadounidense. A la muerte de estas dos figuras para el periodico en 1968 Julio Scherer fue elegido como director del diario y con esto se abrió una etapa para Excélsior, una etapa de libre crítica, pluralidad y apertura al diálogo. Scherer logró posicionar al periódico como uno de los diez mejores del mundo, atrayendo colaboradores de otros países. El ideario de las publicaciones de Excélsior tenían la misión de educar e informar, su objetivo era la verdad que sería alcanzada mediante la buena fe y el contenido era más que un contenido político, sino más bien de una razón moral: la lucha por la verdad.

Pero ¿qué pasó con la exitosa cooperativa que dirigía Scherer y la ideología de pluralidad y crítica de Excélsior? A la llegada al gobierno de Luis Echeverría, el gobierno reaccionó ante la postura de la publicación y dentro de la cooperativa infiltró a gente de su confianza para sacar de la jugada definitivamente a Scherer acusandolo de elitísta y malinchista, por lo que los cooperativistas acordaron la expulsión definitiva del hombre que había llevado a la cumbre a la publicación, una publicación que quedaba abierta al diálogo y que era plural en sus opiniones y comentarios y lo más importante, abrió brecha para no dejar este estilo en las publicaciones periódicas independientes.

Después del llamado "golpe a Excélsior", Scherer fundó la revista semanal Proceso, Becerra Acosta fundo el periódico Uno más Uno, que más tarde en 1983 daría lugar a la creación de La Jornada, y la revista Vuelta fundada por Octavio Paz. Desde este momento Excélsior ha pasado de mano en mano y en 2006 sufrió una renovación, pero a pesar de esto nunca será como en la época de Scherer. ¿Debemos agradecer al gobierno el golpe al diario y el surgimiento de revistas independientes como Proceso? Esa pregunta es difícil de contestar, sólo podemos darnos cuenta de que cuando una publicación que llega a mucha gente y que puede ayudar a crear un pensamiento crítico es atacado por los intereses del Estado sin escrupulos hasta hacerlo desaparecer. Lo bueno de todo esto fue la creación de un periodismo independiente y sin ataduras, abierto a la crítica continua, a las opiniones múltiples y sobre todo sin la CENSURA impuesta por un poder superior.

Fuentes:

Scherer García, Julio, Calos Monsivais, Tiempo de saber: prensa y poder en México, México, Ed. Aguilar, 2003

Castillero de Saz, Marcelo, "La historia triste de Excélsior", La Jornada, Sábado 31 de Diciembre de 2005, num. 565.

1 comentario:

  1. Creo que nunca se agradece un golpe (chascarrillo), pero si coyunturas que permiten la reorganización o restructuración de instituciones e ideas, en este caso mencionas a Proceso, pero hasta qué punto es un medio imparcial, honesto, crítico que censuraron parte del trabajo de investigación de Daniel Elizárraga, sobre las cuentas de V. Fox en Inbursa.

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